Hoy leí una nota que invocaba a las fracturas internas del partido, en la columna sobre el reciente anuncio de Cristina a la reelección. Sr Pagni, le recuerdo que este gobierno no es el de Memen, Alfonsín o De la Rúa, por recordar aquellos mandatos de los que tengo conciencia histórica. A un gobierno popular no se lo voltea con especulaciones, un gobierno con convicciones no pierde votos mientras las mantenga. El cuarenta y pico por ciento de la última elección está intacto, porque todos los que hicimos ese número confiamos tanto en ella como hace cuatro años. A Cristina, lo único que le queda es sumar votos. No hay Shoklender, ni Inadi, ni diarios que lo impidan. Nosotros no pensamos que la gestión política de la Argentina está saneada por completo del oprobio de la corrupción, pero no podemos ignorar que hoy, con toda la prensa hegemónica buscándole el pelo al huevo, lo único que encontraron fue una disputa interna en el Inadi y un acto delictivo de un apoderado de una ONG ligada al gobierno, que sin olvidarlo, es también una reserva moral de la Memoria Argentina. Del otro lado – el suyo, Pagni -, y no hace tanto tiempo, los actos de corrupción involucraban al presidente y el cargo era contrabandear armas a una nación hermana para que ataque a otra tan hermana como la precedente. ¿No se nota la diferencia? Y no es que la prensa oculte.
Felicito a la presidenta por el anuncio, el contexto y el modo en que se presentó como alternativa para los próximos cuatro años de gobierno.
¡Salud!
"En la línea de largada hacia le eternidad". 22 de Junio de 2011, La Nación.
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